Esta extremeña se ha hecho hueco en un sector con poca tradición en Extremadura, el audiovisual. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra, pero su carrera profesional derivó hacia la publicidad cuando nada más acabar los estudios, en 1998, consiguió una beca en Antena 3 Televisión. Desde entonces ha sido testigo directo de la historia reciente de este medio en España.

Algunos datos

Biográficos. Nació en Badajoz en 1976, es la del medio de tres hermanos con perfiles muy diferentes. El mayor es secretario general de la Universidad de Navarra y la pequeña inspectora de Hacienda. Tiene tres hijos y está casada con un periodista de Bilbao.

Académicos. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra.

Profesionales. Siempe ha trabajado en Antena3, empresa en la que entró como becaria, y actualmente se ha convertido en el Grupo Atresmedia.

En la actualidad esta extremeña que acaba de cumplir los cuarenta es la directora de operaciones de Atresmedia, grupo empresarial del sector de la comunicación resultante de la fusión de Antena 3 y La Sexta como medios más emblemáticos y que agrupa además en sus filiales a Onda Cero o Europa FM, entre otros. Su misión, por resumirlo de algún modo, es gestionar la publicidad que se inserta entre programa y programa. Esto lógicamente le obliga a explicar en los círculos donde conocen su profesión por qué hay tantos anuncios en la tele. «Me lo preguntó hasta el médico que me atendió cuando di a luz», dice bromeando antes de razonar que «yo los comprendo porque también soy espectadora, pero hacer televisión es muy caro y hay muchos medios que son de pago, así que en nuestro caso, que lo que ofrecemos es gratuito, las personas nos pagan con su tiempo».

Madre de una hija de catorce años y dos hijos de once y siete, está casada con un periodista bilbaíno, de modo que tiene que repartir el tiempo que le queda libre y solo puede venir a Badajoz en Navidad, Semana Santa o alguna fecha señalada, como una boda reciente de una amiga. Al hablar de cómo ha vivido el proceso de promocionar dentro de Antena 3 una mujer que tuvo su primer hijo con 24 años y el tercero con 33, Rocío Robles explica que en su empresa han sido comprensivos. «He intentado conciliar lo mejor que he podido y me han dejado, yo creo que he tenido suerte porque en otras empresas las mujeres que son madres no pueden hacer lo que yo. Evidentemente si ofreces resultados tus jefes te dejan, pero en general hoy es más fácil porque hay cosas que están cambiando y con las nuevas tecnologías puedes trabajar desde casa. Desgasta y es un esfuerzo personal, pero yo puedo decir que he llevado y recogido a mis hijos del colegio».

En el comité de dirección al que pertenece son ocho personas y ella fue la segunda mujer que entró. En este aspecto opina que hay cuestiones que están cambiando, y si bien cada vez hay más mujeres en los puestos intermedios, los directivos, dice, casi todos los ocupan hombres.

Lectora, corredora ocasional, practicante de pilates y coautora junto al director general, Javier Bardají, del libro ‘De Antena 3 a Atresmedia pasando por la Sexta’, que cuenta la fusión entre los dos canales para convertirse en Atresmedia, Rocío Robles tiene como desafío el mismo de todos aquellos que se dedican al sector audiovisual: saber cómo evolucionarán los hábitos de la gente en los próximos años.

«Esto cambia a diario, así que es imposible predecir cómo será la tele dentro de diez años. Lo que está claro es que en el salón de casa la tele sigue siendo el rey, pero ahora también hay ‘tablets’, ordenadores y móviles. En una familia ya no están todos alrededor de la tele y cada uno tiene su dispositivo. Cambia la forma de consumir. Hay que centrarse en el momento presente y trabajar en buenos contenidos, al margen de las tecnologías que van surgiendo o de la distribución del producto».

Según dice, Estados Unidos siempre ha sido el referente a seguir, pues se decía que allí llevaban diez años de adelanto en el mundo de la televisión, pero se trata de un contexto diferente y ahora en Europa ha observado que franceses o alemanes vienen a fijarse cómo se hacen las cosas en España.

Preguntada sobre qué posibilidades hay de que los próximos Juegos Olímpicos sean de pago para los telespectadores, Rocío Robles no cree que los españoles estén dispuestos a pagar y añade que los eventos deportivos son muy caros y se suele pagar más por ellos de lo que se ingresa, por eso cree que sus derechos seguirán quedando en manos de los entes públicos. aún así, subraya que en un sector como el suyo, «nadie sabe lo que va a pasar». Y añade: «eso es lo bonito de mi trabajo, que aunque lleve tantos años en la misma empresa cambia mucho, por eso no tengo la sensación de estar haciendo lo mismo mucho tiempo y es muy divertido».

PDF: Rocío Robles, una pacense tras los anuncios de la tele